La llegada del fin de año siempre se convierte en un período de reflexión sobre los hechos ocurridos en los últimos 12 meses, y acerca de las intenciones y propósitos para los siguientes.
A lo largo de 365 días ocurren multitud de sucesos de muy distinta naturaleza (algunos de ellos positivos y otros que nos gustaría olvidar). Sin embargo, el ser humano siempre tiende a la búsqueda de la felicidad, y para ello hay que marcarse nuevas metas.
Márcate unos objetivos
Terminar unos estudios atrasados, abrir un negocio, o dejar de fumar, pueden ser algunos de las intenciones para el año que comienza. Para ello, en primer lugar, hay que realizar una toma de conciencia de la situación actual. A través de una valoración, el individuo puede hacer un análisis de cómo está en el momento presente y hacia dónde quiere progresar.
Posteriormente, el siguiente paso será determinar los objetivos de manera clara y concreta. Esta parte es fundamental para encaminarse en el sentido adecuado y tomar las acciones pertinentes para lograrlo.
Constancia a lo largo del tiempo
Durante todo este camino surgirán estados de desánimo y muchas dificultades a los que habrá que hacer frente con la mejor determinación. En todo momento se debe tener presente cuál es el objetivo con el fin de, si es necesario, tomar medidas para redirigir los pasos.
Hay que señalar que proponerse una meta requiere tener un perfil de personalidad de gran fortaleza. Afrontar nuevos retos exige superarse durante un largo periodo de tiempo y sólo se obtendrá la satisfacción de lograr el objetivo al final de un largo recorrido. Sin embargo, la gratificación del resultado compensa todo el sacrificio realizado anteriormente.
Superación personal y motivación
No rendirse cuando surgen las primeras dificultades y tener la constancia suficiente, no sólo ayuda a lograr los objetivos, sino que ayuda a reafirmar la personalidad y aumentar la autoestima, con lo que la estabilidad emocional de la persona se beneficia enormemente.
La motivación se podría definir como los estímulos necesarios para llevar a cabo una tarea y culminar las expectativas. Sin embargo, es muy fácil caer en la desmotivación cuando aparecen los primeros obstáculos.
¿Cómo mantener la motivación?
Existen diferentes técnicas que ayudan a mantener la ilusión por alcanzar unos objetivos:
– Pensar en los beneficios que se pretende alcanzar.
– Observar el ejemplo de otras personas.
– Intentar divertirse con el reto.
– Buscar incentivos tanto internos como externos.
– La obtención de resultados.
En definitiva, proponerse alcanzar unos objetivos es un proceso en el que juegan un papel clave la determinación, la constancia y la motivación. Incluso, aunque no consigamos nuestras metas, la satisfacción de haberlo intentado nos hará sentir mejor con nosotros mismos.
Por: Imagen & Comunicacion