UN SUPERVISOR es quien tiene la responsabilidad de guiar un conjunto de personas para asegurar el desempeño deseado, con la mayor eficacia, eficiencia y gratificación. Un buen supervisor trata adecuadamente, y con éxito, las tres dimensiones necesarias para el mejor desempeño de las personas y equipos:
SENTIR:
Apreciar: Reconoce el valor de cada persona.
Comprender: Ponte en su lugar
Escuchar: Oye con intención de comprender.
Motivar: Encuentra lo que anima a cada persona.
Modelar: Sé congruente y da el ejemplo. Confiar: Ten fe en ti mismo y en la personas de tu equipo.
Orientar: Define un rumbo y comunícalo. Acompañar: Mantente cercano.
PENSAR:
Objetivos: Decide lo que quieres lograr y compártelo.
Valores: Reconoce y vive los valores de la organización.
Prioridades: Defínelas a partir de los objetivos y los valores.
Instruir: Ten lo conocimientos y trasmítelos.
Planificar: Elabora planes compartidos por todos los responsables.
Organizar: Define los procesos, aclara las tareas y pon todo en su lugar.
Negociar: Prepárate y busca acuerdos. “ganar-ganar”.
Aprender: Facilita la reflexión en equipo para aprender y mejorar.
ACTUAR:
Liderar: Sé un guía.
Equipo: Lidera, organiza y comparte.
Coordinar: Ordena la acción y armoniza los esfuerzos.
Delegar: Conoce a tus colaboradores y asigna responsabilidades.
Órdenes: Comprende tu autoridad y ejércela adecuadamente.
Evaluar: Hazlo con criterio, con justicia, para aprender y mejorar.
Controlar: Mide, está pendiente, reacciona bien y a tiempo.
Premiar: Mantente pendiente de los logros para estimularlos.
Por: IESA– Marcel Antonorsi Blanco