El petróleo es una composición de hidrocarburos con pequeñas cantidades de compuestos oxigenados, nitrogenados y sulfurados y restos de sales metálicas emulsionadas. La composición elemental del petróleo bruto oscila alrededor de los siguientes valores: C, 80 / 90 %; H, 10 / 15 %; O, 0.5 / 7 %; N, 0.1 / 1.8 %; S, 0.3 / 6 %; cenizas, 0.1 %. Las distintas clases de petróleos, contienen en mayor proporción los demás hidrocarburos, hidrocarburos parafínicos y nafténicos; las olefinas y los hidrocarburos aromáticos se localizan solo en algunos petróleos y en cantidades no elevadas.
ORIGEN DEL PETRÓLEO
Se origina de una materia prima formada principalmente por detritos de organismos vivos acuáticos, vegetales y animales, que vivían en los mares, las lagunas o las desembocaduras de los ríos, o en las cercanías del mar. Se localiza solamente en los medios de origen sedimentario. La materia orgánica se deposita y se va cubriendo por sedimentos; al quedar cada vez a mayor profundidad, se convierte en hidrocarburos, proceso que, según las recientes teorías, es una degradación producida por bacterias aerobias primero y anaerobias después. Estas reacciones desprenden oxígeno, nitrógeno y azufre, que forman parte de los compuestos volátiles de los hidrocarburos.
A medida que los sedimentos se hacen compactos por efectos de la presión, se forma la «roca madre». Posteriormente, por fenómenos de «migración», el petróleo pasa a impregnar arenas o rocas más porosas y más permeables (areniscas, calizas fisuradas, dolomías), llamadas «rocas almacén», y en las cuales el petróleo se concentra y permanece en ellas si encuentra alguna trampa que impida la migración hasta la superficie donde se oxida y volatiliza, perdiendo todo interés como fuente de energía.
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